El mes de septiembre está a la vuelta de la esquina, un mes tradicionalmente de exámenes de recuperación para los estudiantes que no han conseguido aprobar todas las asignaturas en junio. Sin embargo, con los nuevos planes de estudio, representados por el famoso plan de Bolonia nuestro tradicional mes de septiembre ha perdido su siginificado, ya que ahora los exámenes de recuperación de muchas universidades se realizan en julio.
A pesar de todo, y por mucho que cambien los planes de estudio, la forma de enfrentarse a un examen es algo que permanece inmutable. Por esta razón hoy he decidido rescatar este viejo texto del disco duro, con el que más de uno se sentirá identificado. Desconozco quien es el autor original del mismo, pero sin duda supo captar los sentimientos de un estudiante en época de exámenes a la perfección:
1.Llegada (demasiado temprano) al lugar del examen.
2.Repaso compulsivo y totalmente infructuoso de los apuntes.
3.Fase de cachondeo nervioso pre-examen.
4.Entrada atemorizada al aula donde va a perpetrarse el examen.
5.Reparto de los folios para el examen (”¡¿Cinco Folios?!” dicen algunos)
6.Reparto de las hojas de preguntas (”En algo tan pequeño no pueden caber muchas preguntas” dicen algunos infelices).
7.Vuelta de la hoja y descubrimiento de que usan un tamaño de letra 5 o más pequeño.
8.Carcajada histérica.
9.Resoplidos varios y llevadas de manos a la cabeza automáticas.
10.Descubrimiento de que con lo (poco) que se recuerda no se puede contestar ni a la mitad de las cuestiones.
11.Intentos vanos de copia (con el subsiguiente descubrimiento de que el de al lado tiene menos idea que tú).
12.Fase de derrumbamiento, desesperación, impotencia y espera (ya que está feo entregar el examen tras solo diez minutos).
13.Entrega del examen y huida del lugar del crimen.
14.Fase de cachondeo nervioso post-examen.
15.Fase de exclamación de palabras soeces (”Me la han metido doblada” y demás).
16.Comparación de resultados (comprobando que no hay dos personas con las mismas respuestas).
17.Fase de consulta compulsiva de los apuntes (cuyo único resultado es empeorar el estado de ánimo del consultante).
18.Fase de declaración de principios: “Ya no voy más a… (Cálculo, Física, Algebra…)”.
19.Fase de negación: “¿Examen? ¿Qué examen? Yo no he hecho ningún examen”.
20.Fase depresiva post-traumática y elaboración de planes para eliminarla:
-Necesito pegarle a alguien.
-Necesito una sesión con el “Doom II”
-Necesito emborracharme.
-Necesito una partida de rol.
Esta es la auténtica realidad sobre los exámenes. Y el no haya pasado por esto nunca… seguramente miente.
lunes, 31 de agosto de 2009
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